25 de Noviembre: Una Historia Para Recordar

El 25 de noviembre es el «Día Mundial para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer». No es una fecha casual. Recuerda el brutal asesinato en República Dominicana de tres mujeres, las hermanas Mirabal, ocurrido en 1960. Esta es su historia.

Las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal son figuras emblemáticas de la lucha de las mujeres latinoamericanas para conquistar sus derechos a la participación política y la construcción de la democracia.

Nacidas entre 1924 y 1935, junto a Dedé, una cuarta hermana sobreviviente del crimen, lucharon contra la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo, fundando el “Movimiento Revolucionario 14 de Junio” y pagando con su vida el haber conducido al pueblo dominicano hacia la democracia.

El régimen de Trujillo, uno de los más sangrientos registrados en la historia latinoamericana del siglo XX, sometió a la República Dominicana desde el 1930 al 1961, al monopolio y al terrorismo estatal, al nepotismo, al clientelismo y a la corrupción. El dictador mantuvo el poder en la isla matando sistemáticamente a todos los opositores, garantizando a su persona y a su familia el más absoluto control económico, político y militar del país.

En la fase final y decadente de la dictadura, Trujillo sometió también a toda la Región a la violencia y la represión política, extendiendo sus tentáculos a otros países, donde justiciaba y ejecutaba secuestros de ciudadanos nacionales y extranjeros, incluso planificando e intentando el asesinato del Presidente Venezolano Rómulo Betancourt.

De estas tres sangrientas décadas, prácticamente todas las familias dominicanas guardarán para siempre en sus memorias algunos episodios dolorosos, entre los que se destacan el genocidio de miles de ciudadanos haitianos en la frontera domínico-haitiana, el asesinato y desaparición de más de 30.000 personas y el exilio forzoso de un número de personas equivalente al de muertos y desaparecidos.

La familia Mirabal era adinerada y por ello recibía constantes invitaciones a fiestas y celebraciones oficiales. Era Minerva quien acompañaba a su padre, Enrique Mirabal, a todas los encuentros sociales. Precisamente en una de estas fiestas, la joven llamó la atención de Trujillo por su belleza.

En octubre de 1949, Trujillo organizó una fiesta privada en su casa. Entre los invitados, también estuvo la familia Mirabal. La presencia de Minerva fue solicitada explícitamente en la invitación, una clara indicación del interés de Trujillo. La madre no quería que Minerva asistiera a la fiesta, pero las implicaciones políticas de un eventual rechazo convencieron a la familia a aceptar las condiciones del dictador.

Minerva acudió entonces a la fiesta, junto a su padre y sus hermanas Patria y Dedé, estas últimas acompañadas de sus respectivos esposos. Trujillo invitó la joven Minerva a bailar, aprovechando el momento también para conocer su opinión sobre la dictadura. Minerva en ese momento lo desafió abiertamente, sosteniendo sus propias ideas políticas.

Al enterarse de la conversación entre Trujillo y Minerva, la familia, asustada, decidió abandonar la fiesta sin preaviso, a pesar de que estaba prohibido dejar un lugar antes del tirano. De esta manera encendieron aún más la ira de Trujillo, quien vio en este gesto un grave acto de irreverencia e insubordinación pública hacia él.

Para intentar remediarlo, Enrique Mirabal envió un telegrama a Trujillo, disculpándose por haber abandonado la fiesta con su familia y alegando «motivos de salud», mas de igual modo fue detenido y encarcelado. Al día siguiente, los militares también arrestaron a Minerva y a su madre. A su llegada se dieron cuenta de que también varios amigos y conocidos habían sido detenidos para ser interrogados.

El episodio marcó el inicio de represalias y de actividades de espionaje contra Minerva y toda la familia Mirabal, a través del encarcelamiento, la confiscación de bienes familiares y, por último, el asesinato de Minerva y sus hermanas Patria y María Teresa.

Su obra revolucionaria, talmente eficaz como para inducir al dictador a declarar «Tengo solo dos problemas: la Iglesia Católica y las hermanas Mirabal», llevó a Minerva y María Teresa en prisión dos veces en el 1960 con una pena de cinco años de trabajos forzados por atentado a la seguridad nacional. Los esposos de las tres hermanas también fueron encarcelados y torturados.

Trujillo proyectó su asesinato para que pareciera un accidente, con la intención de no despertar protestas nacionales e internacionales. Es así que el 25 de noviembre de 1960, mientras visitaban a sus maridos en prisión, las tres mujeres cayeron en una emboscada de agentes del servicio secreto militar: los cuerpos masacrados de las tres hermanas fueron arrojados con su automóvil en un barranco.

El asesinato de los Mirabal causó una grandisima conmoción en todo el país, la terrible noticia se difundió como el viento. Su brutal asesinato despertó conciencias e indignación popular, acelerando el fin de la dictadura.

La única hermana sobreviviente, Bélgica Adele, conocida como Dedé, dedicó su vida a cuidar a sus seis nietos huérfanos y conservar la memoria de sus hermanas.

El valor del sacrificio de las tres heroínas dominicanas, muchas veces recordadas con el nombre en código “Las Mariposas”, estaba destinado a expandirse primero en el continente latinoamericano y luego en el resto del mundo.

El 25 de noviembre de 1981 se realizó en Bogotá el primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, durante el cual se eligió este aniversario como “Día Internacional contra la Violencia hacia la Mujer” en memoria de la muerte de Patria, Minerva y María Teresa Mirabal.

En 1999, la Organización de las Naciones Unidas extendió esta iniciativa en todo el mundo, instituyendo el Día Mundial para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, recordando no solo el compromiso y coraje de las tres mujeres dominicanas en su batalla por la libertad, sino también el de todas mujeres que, en todas partes, luchan por la conquista de sus derechos y el respeto, para que las mismas puedan vivir serenamente, creando una cultura del respeto hacia la mujer, que ponga fin a la violencia perpetrada en su contra.

Hoy en día, en la República Dominicana se realizan diferentes manifestaciones en honor a las Hermanas Mirabal. Una provincia lleva su nombre y sus caras están impresas en una denominación de billetes. Las calles y parques de varias ciudades también conmemoran su sacrificio. En fin, todo gesto es bueno y válido para que los dominicanos rindan homenaje a estas heroínas.

En Italia y en el mundo, diferentes asociaciones e instituciones públicas y privadas, organizan iniciativas por el aniversario del 25 de noviembre, iniciando desde la memoria de las hermanas Mirabal. Esto, para recordar las victimas y reconocer el coraje de todas aquellas que luchan por la paridad de género y la erradicación de todo tipo de discriminación y violencia hacia la mujer.

Mirtha Racelis Mella.

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